SAN JUAN DE LA MAGUANA. El procurador general de la Corte de Apelación del departamento judicial de esta provincia, asegura que “en un país con más armas de fuego en poder de la población civil que en manos de militares y policías, es cualquier cosa, menos un país”, y  advirtió que muchas de esas armas están en poder de distribuidores de drogas.
El doctor Pedro Antonio Mateo Ibert califica como una verdadera locura que el país tenga 37 mil policías para cuidar la población, mientras existan 207 mil armas de fuego en manos de civiles, una gran mayoría   ilegales.
Mateo Ibert criticó al Ministerio de Interior y Policía, porque según explicó, cuando era procurador fiscal de esta provincia, muchos de los narcotraficantes que fueron apresados por dedicarse a esa actividad ilícita, tenían armas de fuego con licencias expedidas por esa cartera.
La más alta autoridad del Ministerio Público para las provincias de San Juan y Elías Piña dijo que ”muchas de esas armas que están en manos de civiles, las tienen distribuidores de drogas, los cuales alegan que son comerciantes, y es verdad que son comerciantes, pero de sustancias narcóticas”.
  Mateo Ibert reitera que Interior y Policía tiene una gran cuota de responsabilidad en la proliferación de tantas armas de fuego en poder de la población civil, especialmente en manos de narcotraficantes y distribuidores de drogas, porque “como esa cartera lo que le interesa son las recaudaciones económicas, emite licencias a diestra y siniestra a mansos y cimarrones”.
 Se mostró de acuerdo con    el congelamiento en el otorgamiento por dos años de licencias para porte y tenencia de armas de fuego en el país, y que se inicie un proceso serio de depuración de las que están en poder de la población civil, porque a su juicio, muchas personas no califican para portarlas.
“Lo que está ocurriendo en el país con la proliferación de armas  es una verdadera locura, y si aquí hay 207 mil de ellas en poder de la población civil, más que las que portan la Policía y los militares, podemos llamarnos cualquier cosa, menos un país”, precisa  Mateo Ibert.